Por Fernando Irala Como no hay plazo que no se cumpla, se ha iniciado marzo, un momento relevante en nuestro país por al menos dos razones....
Como no hay plazo que no se cumpla, se ha iniciado marzo, un momento relevante en nuestro país por al menos dos razones.
Una es
que con el comienzo del mes han arrancado las campañas de las candidatas a la
Presidencia, de entre las cuales saldrá la próxima mandataria de la Nación. La
diferencia de intención de voto es todavía amplia entre ellas, pero esa brecha
se ha ido cerrando, y lo previsible es que a medida que transcurra el trimestre
se estreche todavía más, con la posibilidad no lejana de invertirse.
Marzo es
también simbólico porque el Presidente de la República lo ubicó como la última
fecha para su reiterada y postergada promesa de que en México tendríamos un
sistema de salud de calidad de primer mundo, como el de Dinamarca, dijo con
machacona insistencia.
Como se
recordará, el régimen comenzó con una decisión tan precipitada como absurda:
cancelar el Seguro Popular, que a lo largo de tres sexenios se había ido
construyendo, y cubría a más de cincuenta millones de mexicanos, prácticamente
toda la población que antes carecía de seguridad social. El experimento de
crear una nueva institución, el Insabi, fue tan desastrosa que cuatro años
después se optó por desaparecerla, para ahora intentar que el IMSS se haga
cargo de una tarea que lo sobrepasa por su cuantía y por la estructura que se
requiere.
Entretanto,
ha llegado el último marzo del sexenio y los millones de mexicanos que han
vuelto a carecer de seguridad social ahora no tienen ni hospitales ni médicos
ni posibilidad de ser atendidos en caso de algún padecimiento, sobre todo si
este es grave.
No es la
única promesa incumplida, o mal cumplida. La refinería de Dos Bocas fue
inaugurada hace más de un año, pero ni se termina de construir ni refina
todavía ni un litro de petróleo, además de que ya costó más del doble de lo
proyectado inicialmente.
El
aeropuerto Felipe Ángeles por fin opera, luego de ser inaugurado dos veces,
pero casi nadie quiere volar desde ahí, ni siquiera el Presidente.
De ese y
otros temas se nutrirán las campañas ahora en desarrollo. Aunque el tema de
mayor preocupación, dicen los expertos, es el de la seguridad, la violencia y
la criminalidad.
De eso hablaremos en un próximo espacio.
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