Por Fernando Schütte Elguero En nuestro país seguimos viviendo una ola de violencia exacerbada y una inseguridad generalizada que nos ob...
Por Fernando Schütte Elguero
En nuestro país
seguimos viviendo una ola de violencia exacerbada y una inseguridad
generalizada que nos obliga a vivir en una sociedad que desconfía de todo y que
ha decidido dejar de emprender negocios y de invertir.
Nos queda claro que los
gobiernos no están preparados para enfrentar la crisis de inseguridad y que
frecuentemente son cómplices de la delincuencia. Como lo mencioné en mis
anteriores colaboraciones la violencia crecería de manera exponencial debido a
las próximas elecciones, hoy estamos siendo testigos de la injerencia de la
delincuencia organizada en el proceso electoral, los grupos criminales negocian
con los candidatos y en ocasiones con los partidos políticos para obtener
prebendas e imponer personas que o bien sean parte de la delincuencia
organizada o bien acepten corromperse, para mí no hay diferencia.
Las carreteras del país
cada vez son más peligrosas, algunos municipios son impenetrables ya que están
tomados por gente armada, las fronteras tienen dueños y lo sabe la autoridad
aunque no hacen nada. Manifestantes que destruyen propiedades y quebrantan la
ley, pero la ley es letra muerta.
Jueces que liberan
delincuentes, funcionarios del ministerio público que se corrompen para
favorecer a una parte, cárceles con niveles inhumanos de hacinamiento y llenas
de inocentes, casi todos pobres.
Balaceras por todo el
país y muertos de gente perteneciente a la delincuencia, pero también de
personas inocentes.
Políticos más
preocupados por legislar en favor de minorías que en atender a la gran mayoría
que exigimos seguridad.
Estamos llegando al
punto que cualquier dictador desearía, poner orden mediante una ley marcial en
donde se termine con las garantías individuales, permitir una política de
balazos y abrazar el autoritarismo como única manera de pacificar el país.
A Nayib Bukele, le
funcionó muy bien para ganar la presidencia lo que en Nueva York hizo la
política de Cero Tolerancia iniciada por Rudolph Giuliani, quien fuera alcalde
de esa otrora peligrosa ciudad.
En el caso de El Salvador, Bukele fue más allá sin importarle los convenios internacionales en materia de derechos humanos, mismos que en México tienen una pésima reputación, quienes conocen muy bien ese camino son los delincuentes y no los ciudadanos que todos los días sin extorsionados por policías en las calles de nuestro país.
Me parece que ¡ya basta de que las autoridades soslayen el gravísimo problema de la inseguridad!
Es verdad que las
causas de la inseguridad son multi factoriales, pero a estas alturas ya no es
un tema de sociología, sino de justicia.
Los políticos hablan de
que los homicidios van a la baja, el año pasado 2023, fueron 30,500, hasta hace
unos días en el 2024 llevamos alrededor de 3,000 homicidios, el gobierno
presume una victoria pírrica, además no podemos olvidar que a las cifras de asesinatos,
se deben sumar las de los desaparecidos que es una forma de esconder la
realidad.
Ni las iglesias, ni las
Ong’s, ni el dinero repartido a los jóvenes como una política social disuasiva,
terminarán con el fenómeno de inseguridad y violencia, solo cabe esperar que se
transforme el poder judicial y las fiscalías y un político que se atreva a poner
orden en todo y en olvidarse de andar abrazando criminales, capaz de meterlos a
la cárcel y de enfrentarlos a balazos, muy triste pero no hay de otra.
@FSchutte
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