Echeverría, López Portillo y de la Madrid instituyeron una serie de políticas y reformas económicas que iniciaron la fragmentación del parti...
Echeverría, López Portillo y de la Madrid instituyeron una serie de políticas y reformas económicas que iniciaron la fragmentación del partido hegemónico.
Desde el interior del PRI se hablaba de las contradicciones, de la espalda que le daban a la gente, y se creó un grupo disidente encabezado por el ingeniero Cárdenas, Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. Se le denominó la Corriente Democrática.
Desde esa plataforma se criticó al tricolor, y se invitó a que se regresara a los principios nacionalistas, se mejoraran los salarios y se solucionaran los problemas de las clases más desprotegidas. En 1987 rompieron con el PRI, porque nunca reaccionaron sus líderes y porque se había impuesto a Salinas como el candidato.
En 1988 los expriistas formaron una alianza de partidos y movimientos de izquierda, y aglutinados en el Frente Democrático Nacional, con Cárdenas como candidato, buscaron la Presidencia.
El 6 de julio se les cayó el sistema de cómputo operado por la Comisión Federal Electoral, encabezada por el Secretario de Gobernación, Bartlett Díaz. Fue un fraude monumental.
Crecieron las movilizaciones en todo el país. Cárdenas y Clouthier despertaron a millones y ahí se gestó la creación del PRD. Su acta fundacional tiene escrita una fecha memorable: 5 de mayo de 1989.
Cárdenas, Robles Garnica, Porfirio, AMLO, Pablo Gómez, Amalia García, Rosario Robles, Leonel Godoy, Leonel Cota, Graco Ramírez, Carlos Navarrete, Acosta Naranjo, Jesus Ortega y Jesús Zambrano dirigieron al partido que feneció el 2 de junio pasado.
Lograron encabezar los gobiernos de la CDMX, Zacatecas, Tlaxcala, BCS, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Morelos, Oaxaca, y coligados con otros partidos, Puebla, Sinaloa, Quintana Roo, Durango, Coahuila, Chihuahua y Aguascalientes.
En 1994 y el 2000 intentaron llevar a la Presidencia al ingeniero, y en 2006 y 2012 a López Obrador. Después perdieron la brújula: apoyaron a candidatos de derecha en 2018 (Ricardo Anaya) y en 2024 (Xóchitl Gálvez).
Pero quizá la puntilla fue la alianza con el PRI que siempre combatieron, y la asociación en el Pacto por México, impulsado por Peña.
Escogieron como logotipo al sol azteca que combina el tiempo, el orden social y económico. Pero perdieron el tiempo, solo les importó a sus líderes el dinero y olvidaron a su base social. El sol se apagó.
Adiós al PRD que emocionó a millones, los mismos que decepcionó.
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