No solo es abogada, también es docente de primaria y tiene estudios en psicología y comunicación. Sin embargo, no eran los estudios de la mi...
No solo es abogada, también es docente de primaria y tiene estudios en psicología y comunicación. Sin embargo, no eran los estudios de la ministra Norma Piña lo que el Poder Judicial requería en ese momento, sino decisiones de estrategia política que no ocurrieron a causa de la soberbia y el engaño.
Nacida en 1960, la ministra Norma Piña es una funcionaria de amplia carrera judicial. En 2015 logró culminar esta trayectoria al subir a la máxima magistratura del Poder Judicial en sustitución de la ministra Olga Sánchez Cordero, quien se convirtió en secretaria de Gobernación.
En la batalla que se vivió en México entre quienes defendían la reforma al Poder Judicial y quienes abogaban por su permanencia Norma Piña se convirtió en catalizador de la derrota: desplazó acuerdos que habrían salvado la elección, como cuando Yazmín Esquivel sugirió subir a la presidencia de al Suprema Corte y así evitar la votación de los togados; pactó con partidos de oposición aumentando la polarización, como el caso de la cena con el dirigente del PRI, Alito Moreno; intentó construir un frente con los partidos de oposición para la defensa pública del Poder Judicial, causando con ello una reforma más radical.
Cada una de las decisiones políticas de la ministra estuvieron erradas desde el punto de vista político. Analistas consideran que la Reforma al Poder Judicial pudo haber sido menos radical en caso de que Piña hubiera actuado como una estadista negociando. No ocurrió y, semanas después de aprobada la reforma, los partidos políticos de oposición le abandonaron.
La reforma se consumó a causa de la mayoría política que tienen los simpatizantes de la Cuarta Transformación. Lejos quedó la oportunidad de negociación porque los puentes los dinamitó la primera mujer en ocupar la presidencia de la Corte en México.
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